La indecencia del cuerpo marchito en medio de la noche fría, sin respiración alguna, esperando a que las nebulosas manos de la parca vengan a recoger su pútrida alma.
La inaguantable angustia de aquel que yace muerto en el suelo de esta oscura ciudadela de deseos y decepciones, sin arraigo alguno a alguna esperanza.
Anhelando su próximo final en busca del fin de su más arduo sufrimiento. Y sin embargo, no llegará.
Comentarios